Un espacio tan grande como para hablar de todos ustedes, lo que no los hace importante.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Mientras tomaba una revista roñosa del mesón…

Es común que en lugares tranquilos y silenciosos, como las salas de espera la gente que van acompañados aprovechan de contar los secretos y pelambres más grandes, obviamente hay más personas en el lugar esperando y que inevitablemente van a escuchar… y de seguro lo cuentan es ese momento porque definitivamente querían difundir que:

- “¡la novia se había operado entera antes de la boda! y sobornó a la suegra para que el novio no supiera

…pero en estos momentos entre las personas que están cuchicheando se produce el síntoma de “si ella me contó algo yo también debo desembuchar algún secretillo” y continua la conversación diciendo:

- “…se nota, si se sabía, pero si la mamá era igual!, durmió con cuanto hombre conoció...”

y en ese momento ya notas que el resto de la gente de la sala de espera llevan 20 minutos sin dar vuelta la página de la revista roñosa que habían tomado del mesón, y puedes confirmar que en verdad todos estaban escuchando cuando sale un algo gracioso y a todos se les forma una sonrisa intentando no soltar una carcajada que delate que también oían…

Se sabe que eso sucede..Pero… son como típicos “los secretos de la sala de espera”.